viernes, 28 de junio de 2013

Los niveles de incompetencia
Es muy lamentable, pero los criterios para valorar el rendimiento de los trabajadores en una empresa -si es que existen- no son los mismos que se utilizan para medir el rendimiento de los hijos o familiares muy cercanos.
Un hijo es nombrado Gerente de una tienda y se le permite llegar a las diez de la mañana, salir antes que todos los demás o no asumir todas las funciones, todo esto que sí se le exigiría a un Gerente de tienda que no es familiar.
Es más, las especificaciones, requerimientos y debido proceso que se sigue para reclutar y seleccionar a un funcionario de una empresa, no se utiliza para nombrar a un miembro de la familia.
De pronto la hija se convierta en la Gerente Financiera, aunque no tiene la capacidad, ni los estudios, ni el interés para el puesto. Incluso a veces ni el carácter.
Un hijo es el que llevará la Logística de Importaciones porque le gusta viajar, no porque haya tenido el entrenamiento para el puesto, e incluso llega a cargar los inventarios de la empresa, afectando la liquidez y la rentabilidad, porque no tiene idea de cómo funciona. Compra y abastece porque a él le gustó la mercancía o la vendedora “estaba muy guapa”.
Perdón, pero como consultor he tenido que enfrentar muchas veces estas situaciones y he tenido que ver en peligro empresas de veinte o treinta años porque los padres en su afán de que los hijos estén en las empresas, los incorporan sin más ni más en algún puesto que les guste.
Muchos de ellos no quieren recibir órdenes, porque ellos son dueños. Es más, los mismos gerentes y jefes los tratan como dueños y no como trabajadores. Les rindes pleitesía, les ríen las gracias y las ideas de esos muchachos son siempre maravillosas.
Hace unos días me tocó pasar por la amarga experiencia de tratar de conversar con el auto-nombrado Gerente General de una empresa, bastante grande, un negocio con ventas de casi dos millones de dólares mensuales y cuatrocientos empleados. Gracias a sus berrinches y “avanzados” estudios universitarios logró que su padre le dejara la Gerencia General. Este padre que no es tan viejo le está dando la oportunidad de gerenciar y dentro de unos dos años, verá si las cosas van bien o mal. Si van mal, él asumiría el negocio nuevamente. Yo le dije: “Si es que aún existe la empresa.”. Pues bien, el glamoroso gerente con quien yo tenía que tratar un tema, no quiso levantar la mirada porque él estaba ahora en otras cosas. De todos modos, sus mismos primos dicen de él que es de esas personas que nunca te miran directamente a los ojos.
Como consultor, muchas veces tengo que ser bastante cruel con estos temas.

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